Quiero que veamos lo importante que son todas las decisiones que hacemos. En II Crónicas 34:1-3 leemos “De ocho años era Josías cuando comenzó a reinar, y treinta y un años reinó en Jerusalén. 2) Este hizo lo recto ante los ojos de Jehová, y anduvo en los caminos de David su padre, sin apartarse a la derecha ni a la izquierda.”
Vemos que Josías sólo tenía ocho años cuando lo hicieron rey sobre Judá. A una edad tan tierna tuvo que tener quien que le ayudara a hacer cualesquier decisión, y dice la Biblia que él hizo lo recto ante Dios. Como Josías, tuvo quien le guiara en sus decisiones, nosotros también tuvimos a alguien en nuestra niñez. Nuestros padres nos guiaron por lo bueno o por lo malo. Parece que Josías tenía a un regidor temeroso de Dios, posiblemente sacerdote principal, como en el caso de Joás.
Pero llegó el día que Josías tuvo que hacer una decisión de seguir en lo recto o seguir su propio camino. Dice en versículo 8 “A los ocho años de su reinado, siendo aún muchacho, (quiere decir que él tenía entonces 16 años de edad) comenzó a buscar al Dios de David su padre; y a los doce años comenzó a limpiar a Judá y a Jerusalén de los lugares altos, imágenes de Asera, esculturas, e imágenes fundidas.” Él, todavía muy joven, escogió a seguir a Dios y hacer al Dios de su pueblo su propio Dios. ¿Tú también tienes que hacer una decisión? ¿Harás al Dios de tus padres tú Dios, o sólo mientras estás bajo circunstancias que no puedes controlar cumplirás con tu deber?
Quiero que veamos algo del pasado de Josías. Primero veremos al bisabuelo de Josías.
En II Crónicas 29:1, 2 leemos “Comenzó a reinar Ezequías siendo de veinticinco años, y reinó veintinueve años en Jerusalén. El nombre de su madre fue Abías, hija de Zacarías. 2 E hizo lo recto ante los ojos de Jehová, conforme a todas las cosas que había hecho David su padre.”
Claro que hubo cosas que hizo Ezequías que no eran correctas pero hubo antecedentes en la línea de Josías, aunque no conoció a su bisabuelo.
Después vemos a su abuelo, Manasés. II Crónicas 33:1, 2, “De doce años era Manasés cuando comenzó a reinar, y cincuenta y cinco años reinó en Jerusalén. 2 Pero hizo lo malo ante los ojos de Jehová, conforme a las abominaciones de las naciones que Jehová había echado de delante de los hijos de Israel.”
Vemos que Manasés empezó mal aun que había visto a su padre hacer lo correcto y no quiso seguir al Dios de su padre. Una decisión que él mismo tuvo que hacer. Porque él era hijo de un rey bueno no quiere decir que él iba a hacer un buen rey, y lo mismo con nosotras. Por ser hija de cristianos, y aun cristianos fieles, no quiere decir que automáticamente somos hijas de Dios, o que vamos a seguir los caminos de Dios fielmente. Cada una de nosotras tenemos que hacer una decisión delante de Dios.
Pero quiero que veamos algo bueno acerca de Manasés. Dice en II Crónicas 33:10-13 “Y habló Jehová a Manasés y a su pueblo, mas ellos no escucharon;” (así somos nosotras muchas veces, verdad) Veremos consecuencias de no seguir a Dios. 11 “por lo cual Jehová trajo contra ellos los generales del ejército del rey de los asirios, los cuales aprisionaron con grillos a Manasés, y atado con cadenas lo llevaron a Babilonia. 12 Mas luego que fue puesto en angustias, oró a Jehová su Dios, humillado grandemente en la presencia del Dios de sus padres. 13 Y habiendo orado a él, fue atendido; pues Dios oyó su oración y lo restauró a Jerusalén, a su reino. Entonces reconoció Manasés que Jehová era Dios.” Manasés empezó a reconocer a Dios y después él empezó a arreglar la ciudad (vs. 14) y quitar a los dioses ajenos (15), y reparar el altar de Dios (16) pero aun ciertas consecuencias siguen por no haber empezado su reino bien, como dice en II Crónicas 33:17 “Pero el pueblo aún sacrificaba en los lugares altos, aunque lo hacía para Jehová su Dios.” Uno no puede regir el corazón de otra persona. Como tus padres pueden enseñar y aun exigir cierta obediencia de ti, no pueden cambiar tu corazón, sólo tú puedes hacer esa decisión.
Después vemos al padre de Josías. II Crónicas 33:20-23 20 Y durmió Manasés con sus padres, y lo sepultaron en su casa; y reinó en su lugar Amón su hijo. 21) De veintidós años era Amón cuando comenzó a reinar, y dos reinó en Jerusalén. 22) E hizo lo malo ante los ojos de Jehová, como había hecho Manasés su padre; porque ofreció sacrificios y sirvió a todos los ídolos que su padre Manasés había hecho. 23) Pero nunca se humilló delante de Jehová, como se humilló Manasés su padre; antes bien aumentó el pecado. Amón había visto el ejemplo de un padre pecaminoso que quería vivir su vida a su manera, pero también vio la vida arrepentida de su padre y optó por el camino malo. Manasés no pudo regir el corazón de su propio hijo. Tú también tiene que hacer tu propia decisión, pero siempre hay consecuencias de no hacer una decisión correcta. II Crónicas 33:11 “por lo cual Jehová trajo contra ellos los generales del ejército del rey de los asirios, los cuales aprisionaron con grillos a Manasés, y atado con cadenas lo llevaron a Babilonia. A veces Dios tiene que usar las pruebas, la disciplina, y aun al enemigo de Dios para agarrar la atención de sus hijos, o de los que todavía no han aceptado a Cristo.
A pesar del ejemplo de su mismo padre y de los primeros caminos de su abuelo, Manasés, Josías hizo la decisión correcta, de seguir al Dios de su padre David, el Dios de Israel aun a una edad tierna. ¿Qué tal de ti? No importando la edad que tengas, tú puedes empezar a hacer decisiones correctas.
En II Crónicas 34 dice que a los dieciochos de su reinado (26 años de edad) (vs 12) él empezó a restaurar el templo y escogió hombres fieles para servir en la obra, (vs 14), se encontró la ley de Moisés, (vs 15) y se la llevaron al rey (vs 19), y se la leyó, y se dio cuenta que el pueblo estaba en peligro por los pecados a través de los años, y entonces empezó a moverse para corregir los males. Josías hizo más entrega (entrega completa) a Dios e hizo a Dios Rey y Señor de su vida.
Su reacción inmediata fue la correcta como nos dice en II Crónicas 34: 21 “Andad, consultad a Jehová por mí y por el remanente de Israel y de Judá acerca de las palabras del libro que se ha hallado; porque grande es la ira de Jehová que ha caído sobre nosotros, por cuanto nuestros padres no guardaron la palabra de Jehová, para hacer conforme a todo lo que está escrito en este libro”). Vio las maldiciones que Dios iba a derramar sobre Su pueblo (vs 24-28). Juntó al pueblo y les contó lo dicho por Dios y el resultado fue el II Crónicas 34:31-33 “Y estando el rey en pie en su sitio, hizo delante de Jehová pacto de caminar en pos de Jehová y de guardar sus mandamientos, sus testimonios y sus estatutos, con todo su corazón y con toda su alma, poniendo por obra las palabras del pacto que estaban escritas en aquel libro. 32 E hizo que se obligaran a ello todos los que estaban en Jerusalén y en Benjamín; y los moradores de Jerusalén hicieron conforme al pacto de Dios, del Dios de sus padres. 33 Y quitó Josías todas las abominaciones de toda la tierra de los hijos de Israel, e hizo que todos los que se hallaban en Israel sirviesen a Jehová su Dios. No se apartaron de en pos de Jehová el Dios de sus padres, todo el tiempo que él vivió.”
A pesar de que los niños generalmente imitan a sus padres, a veces padres piadosos tienen a un niño que no quiere seguir a Dios, pero a la vez, a veces el hijo de padres pecaminosos deciden servir a Dios. Hay poder para quebrantar con la ley natural de ser como los padres. El hecho de que Josías decidió vivir una vida recta delante de Dios demuestra el poder y la soberanía de nuestro Dios al dar de Su gracia para quebrar con el poder del pecado.
Josías, tenía ocho años de edad, era uno de los mejores, si no el mejor, de todos los reyes judíos desde la época de David. Empezó bien, continuó bien y terminó bien. Su abuelo empezó mal pero terminó bien y su padre empezó mal y terminó mal. ¿Qué harás tú? Tal vez no has empezado bien, pero puede empezar ahora para poder terminar bien. Lo importante es terminar bien aun si no haya empezado bien. Hay mucho hablar pero no tanto vivir.
Ahora nosotras podemos obedecer a Dios porque lo amamos de todo corazón o podemos hacerlo por obligación. ¿Cuál será tu postura? ¡Oh, jovencita, no puedo enfatizar lo suficiente el hacer una decisión que vas a vivir para Dios! Tus decisiones tienen consecuencias. Tú misma puedes hacerte una vida llena de problemas, o puedes asegurar una vida de felicidad al hacer la decisión correcta. ¡Qué Dios en Su infinito poder y bendición te ayude a hacer la decisión correcta para Su honra y Su gloria!
Hna. Eunice Alfaro