“No hay nada mal con las redes sociales…”
Hoy en día la tecnología ha abierto peligros de tentaciones sexuales a los jóvenes más chicos por medio del internet y teléfonos celulares. El internet, televisión, películas, videos de música, redes sociales y libros nos ha desensibilizado, paralizado y adormecido, a nosotros, los padres y ustedes jóvenes a la impureza sexual.
Familias cristianas no están inmunes a este pecado. Por ejemplo niños, jóvenes y jóvenes adultos de los dos géneros se encuentran mandando textos, fotografías desnudos o mensajes explícitos a sus teléfonos celulares. Muchos de estos eventos han pasado en comunidades cristianas.
Las dos redes sociales más conocidas hoy en día son Facebook e Instagram, plataformas que reúnen millones de usuarios. Facebook tiene aproximadamente 2 billones de usuarios. Instagram tiene un 35% de usuarios adultos en los Estados Unidos. Hay otras redes sociales menores como Snapchat, Twitter, etc.
Estamos en una batalla que estamos perdiendo, el balance con los aparatos electrónicos. Hemos bajado nuestra guardia por diferentes razones, sea el cansancio, el enfado, o la súper confianza que tenemos en nuestros hijos. 1 de Corintios nos dice en el capítulo 6 versículo 12, “Todas las cosas me son lícitos, más no todas convienen; todas las cosas me son lícitas, más yo no dejare dominar de ninguna.”
Si somos honestas hemos caído en la trampa de Satanás y las redes o medios sociales nos dominan. Nos dominan a nosotras y dominan a nuestros hijos. ¿Qué es lo último que usted ve antes de cerrar sus ojos para dormir? ¿Qué es lo último que lee antes de recostar su cabeza? ¿Quiénes son las últimas personas con quien se comunica y por medio de que, antes de terminar su día? Si es así para nosotros, ¿entonces que esperamos de nuestros hijos?
Efesios 5:16 nos dice, “aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos,”. Sabemos que tenemos que tener nuestra guardia en alto, pero permitimos que el diablo tome control de esto en nuestros hogares. Tristemente es nuestra culpa, nosotros los padres. ¿Quién provee los teléfonos inteligentes a los hijos? Nosotros. ¿Quién provee el wifi en la casa? Nosotros. ¿Entonces quien está bajando la guardia? Si, nosotros.
Tenemos temores de nuestros hijos. ¿Cuantas veces recibimos una queja fuertemente de nuestros hijos, que el wifi no sirve? ¿Mamá o papá, pagaron el wifi? ¿Necesito el teléfono más inteligente? Ahí vamos corriendo para comprarles uno. No sabemos decir que no o poner reglas porque el nene o la nena va a tener un berrinche.
1. Lo podemos usar como medio secundario para testificar.
2. Lo pudes usar para tener comunión con hermanos o familiares que viven en lugares remotos o en el exterior.
Las redes sociales no son para exaltarnos o para ganar popularidad. De hecho, muchos de nosotros las usamos para presumir, que todos sepan que comemos, en donde estamos, hasta con quienes estamos. A veces somos de tropiezo o desanimo a otros por el simple hecho que no nos importa, yo voy a subir lo que yo quiero. En vez de reflejar y pedirle a Dios si está bien o no. En estos casos debemos poner reglas y límites al usar las redes sociales. Yo trato de guiarme y guiar a mis hijos con estas reglas:
1. ¿El tiempo que estoy pasando en las redes sociales es más tiempo en comparación a mi caminar con Dios? Efesios 5:15-17
2. Lo que yo leo, subo a mi cuenta o le pongo un “like”, ¿honra o glorifica a Dios? Galatas 6:14
3. ¿Quita mi mira de cosas que no tienen valor o me anima a enfocar en esas cosas que pasarán? Mateo 6:22-23
4. ¿Protejo mi corazón sobre todo? Proverbios 4:23
5. ¿Programo mi mente para pensar pensamientos buenos? Filipenses 4:8-9
6. Recuerda que lo que veo y pienso si importa. Salmo 101:3; Salmo 119:37
7. ¿Voy a lastimar a alguien o ser de tropiezo al subir esta foto o dar mi opinión? 1 Corintios 10:32; 2 Corintios 6:3