¿Que Hace A La Mujer Virtuosa Valiosa?

“Mujer virtuosa ¿quién la hallará? Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras
preciosas.” – Proverbios 31:10

“Porque mejor es la sabiduría que las piedras preciosas; y todo cuanto se puede desear, no es de compararse con ella.” – Proverbios 8:11

¿Interesante, no? Que la sabiduría y la mujer virtuosa, tienen lo mismo en común – que ambas son mejores y sobrepasan el valor de las piedras preciosas. ¿No será, que lo que hace a la mujer virtuosa valiosa es que tiene sabiduría?
Pr.31:26 dice: “Abre su boca con sabiduría,…”

¡Qué importante es la sabiduría en la vida del cristiano, pero especialmente en la mujer cristiana!

Pr.19:4 – “La casa y las riquezas son herencia de los padres; Mas de Jehová la mujer prudente.”

La mujer cristiana debería de ser diferente a las mujeres del mundo, a las mujeres inconversas;
¿y dónde se notará más si somos sabias o no?
¡En nuestros hogares!

Pr.24:3 – “Con sabiduría se edificará la casa, y con prudencia se afirmará.”

La Biblia dice que solo hay dos clases de sabiduría, la que desciende de lo alto – de Dios; y la que proviene de abajo – terrenal, animal y diabólica (Santiago 3:15).

Estamos viviendo en días, en los cuales tristemente la mayoría de las mujeres cristianas quieren imitar a las mujeres del mundo, y vivir de acuerdo a lo que el mundo estima – la mujer independiente, auto-suficiente, físicamente atractiva, y que no se deja dominar por nadie. Lamentablemente como resultado, los hogares cristianos están en pésimas condiciones espirituales y morales. ¿Por qué?

Pr.14:1 – “La mujer sabia edifica su casa; mas la necia con sus manos la derriba.”

Solo hay dos clases de mujeres que menciona la Biblia – La sabia y la necia.
Tantas mujeres cristianas se la pasan afanadas por su apariencia física, por cómo luce la figura de
su cuerpo, su cara y su pelo, pero están descuidando lo más importante – su relación con Dios y su papel de esposa y madre.

Pr.11:22 – “Como zarcillo de oro en el hocico de un cerdo Es la mujer hermosa y apartada de razón.”

Lo que hace a la mujer verdaderamente bella, y de grande estima según la opinión de Dios, es la
condición de su corazón, no su apariencia externa…

1 Pd.3:3-4 – “Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos, sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios.

No estoy diciendo que la mujer cristiana no debería de cuidar su apariencia, sino que debería ponerle prioridad a la condición de su corazón y su relación con Cristo.

Pr.4:23 – “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida.”

Col.3:8 – “Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo.”

El mundo ha engañado a las mujeres haciéndoles creer que pueden ser iguales a los hombres; a hacer todo lo que los hombres pueden hacer; pero la Biblia nos dice que Dios hizo a la mujer diferente al hombre, para hacer lo que el hombre NO podía hacer. Lamentablemente, la mujer poco a poco está perdiendo su identidad y propósito; su femineidad y como consecuencia, su valor.
En su afán por tener y hacer como el mundo les ha dictado, las mujeres han ido perdiendo su influencia
dentro del papel que Dios diseñó para ellas, y es por eso que estamos viendo la terrible condición en la que se encuentra la sociedad.
Lo más triste, es que mujeres necias (madres necias) producen hijos necios, rebeldes, orgullosos, e inseguros hasta de su propia identidad de género y sexualidad, porque están siendo criados en hogares en donde no hay mujeres sabias, sino insensatas; mujeres que en vez de edificar sus hogares, los están derribando.
¿Qué clase de mujer es usted? ¿Vive su vida con sabiduría de arriba, o del mundo?

Pr.31:30 – “Engañosa es la gracia, y vana la hermosura; La mujer que teme a Jehová, ésa será alabada.”

Pr.1:7 – “El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; Los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza.”

De acuerdo con la sabiduría que usted use, será los resultados que tendrá en la vida. ¿Cómo podemos obtener la sabiduría que viene de arriba, de Dios?

Stg.1:5 – “Si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.”

Pr.2:1-2 – “Hijo mío, si recibieres mis palabras y mis mandamientos guardares dentro de ti, haciendo estar atento tu oído a la sabiduría…”

Primeramente, dice aquí que necesitamos “recibir” la Palabra de Dios. Pablo le dijo a Timoteo
en 2 Tm.3:14-15 – “Pero tú persiste en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendido; y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús.

Es la Palabra de Dios que puede hacer sabia a cualquier persona que tome el tiempo para recibirla, ya sea predicada o leyéndola, estudiándola, meditando en ella, etc.

Sal.19:7 – “La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma; el testimonio de Jehová es fiel,
que HACE SABIO AL SENCILLO.”

Pr.2:2 continua diciendo: “…Si inclinares tu corazón a la prudencia,”

Segundo, necesitamos inclinar nuestro corazón a la prudencia. ¿Qué es prudencia? Es la
capacidad de pensar antes de hablar, antes de decidir, antes de actuar, sobre los riesgos y las
consecuencias que tendrá nuestras palabras o conducta. Saber tener uso de prudencia nos evitará muchos perjuicios innecesarios.
La realidad es que nosotras las cristianas bautistas fundamentales, conocemos mucha Biblia, pero
tristemente muchas veces no sabemos cómo echar mano de ese conocimiento al momento de tomar decisiones, y la mayoría de las decisiones que tomamos, lo hacemos con sabiduría del mundo.

Stg.3:13 – “¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus
obras en sabia mansedumbre.”

Tercero, podemos obtener sabiduría orando, pidiéndosela a Dios.

Pr.2:3 – “Si clamares a la inteligencia, y a la prudencia dieres tu voz.”
Las palabras: “clamares” y “dieres tu voz” denotan “urgencia”… Y nuevamente, Santiago nos dice: “pídala a Dios”. Me temo que mucho de nuestro tiempo de oración es usado en pedir por lo que nosotras consideramos importante o necesario.
Es por eso que Santiago también dijo:

“pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís. Pedís y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites.” – Stg.4:2b-3

Tristemente, pocas veces clamamos y damos voces a Dios pidiéndole por sabiduría y discernimiento, y esto se nota en las decisiones que tomamos y cómo estamos viviendo.

Por último, Pr.2:4 dice: “Si como a la plata la buscares, y la escudriñares como a tesoros.”

Para hallar la sabiduría, necesitamos trabajar y esforzarnos. Salomón compara la sabiduría a las
piedras preciosas, al oro y a la plata. Esto nos dice que la sabiduría es un gran tesoro. Aquellos que trabajan en minas son gente que trabaja con mucho esfuerzo para escavar y poder extraer esos metales y minerales valiosos. O sea, no se encuentran en la superficie, al fácil alcance de cualquiera. ¡Se debe esforzar y trabajar arduamente para conseguirlos! Así es con la sabiduría, se debe “escarbar” (escudriñar) la Palabra de Dios y saber “extraerla”.

2 Pd.1:19 – “Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones.”

1 Ts.5:20-21 – “No menospreciéis las profecías. Examinadlo todo; retened lo bueno.”

Los beneficios de obtener y poseer la sabiduría de lo alto son inmensos; sin embargo los riesgos y las consecuencias de vivir sin ella, también son inmensos. ¡Que el Señor nos ayude a ser
mujeres sabias!

Hna. Ana Gomez
Iglesia Bautista Nuevas Alturas
Albuquerque, New Mexico

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