Las Heridas Espirituales Que Sufren Nuestros Hijos

Me gustaría empezar expresando que este artículo no tiene ninguna intención de dañar o difamar. Estas letras son sólo algunas inquietudes que he visto en años que espero nos ayuden a todos como padres. Vivimos en tiempos difíciles, y nuestros hijos vivirán en tiempos aún más difíciles. Es mi deseo que todos podamos criar a nuestros hijos en disciplina y amonestación del Señor.

Recientemente, escuché un discurso de un jugador de béisbol llamado John Smoltz. En su discurso, desafió a los padres a tener cuidado de las influencias y horarios de deportes modernos. Contó historias acerca de cómo disfrutó tanto su infancia con el deporte, pero se refirió a como los padres de hoy hacen sufrir a la familia siguiendo demasiado el dios del deporte. Son tantas las presiones que afecta a los cuerpos de los niños. Dijo, “Me entristece. ¿Cómo un niño de 16 años está teniendo cirugías que sólo los hombres que habían jugado años en las grandes ligas tendrían? Este tipo de cirugía es para reparar y salvar su carrera, ¿pero a los 16 años?” El exceso de fuerza que recibe el cuerpo da paso a las heridas. Heridas corporales pueden ser reparadas, pero ¿qué pasa con heridas espirituales y emocionales por fuerzas externas? ¿Hay algún tipo de cirugía? Vamos a abordar algunas de lo que llamaremos heridas espirituales que están afectando a la próxima generación.

VOSOTROS, PADRES,
Quiero empezar donde debemos basar toda enseñanza-la Palabra de Dios.

Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor. Efesios 6:4 RVR60

Padres, no exasperéis a vuestros hijos, para que no se desalienten. Col 3:21 RVR60

Primero, tenemos el potencial de dañar el espíritu de nuestros hijos. Pablo les dice a los padres que no exasperen a sus hijos para que no se desalienten. La palabra desalienten es la palabra griega- ἀθυμέω (athymeō) – habla de un espíritu quebrantado y herido. Las presiones que los niños y jóvenes enfrentan hoy son increíblemente diversas que estamos

viendo algunos resultados desafortunados. Por ejemplo, el suicidio a llegado a ser el más alto que jamás se ha visto. Más personas están sufriendo depresión e insatisfacción en la vida y el resultado es la perdida del valor de la vida, más importante de su vida propia. Mucho de los desánimos y frustraciones en nuestros hijos están basadas en la mala dirección que se les ha dado para vivir. Y como van mal los resultados corresponden. Así que, primero vamos a establecer que como padres tenemos mucho que ofrecer a nuestros hijos, pero al darnos por ellos, recordemos que no son nuestros, son de Dios.

He aquí, herencia de Jehová son los hijos; Cosa de estima el fruto del vientre. Salmo. 127:3 RVR60

Segundo, estamos en un tiempo de tantas tensiones por la escuela, deportes, el trabajo y las finanzas, mantener un hogar y matrimonio estable, la iglesia, y tantas otras influencias. A pesar de tantas presiones de afuera tenemos el Santo Espíritu de Dios dentro de cada uno de nosotros. Y mayor poder hay en ti y en mí que en lo que enfrentamos de afuera diariamente. El fracaso está cuando ignoramos el Espíritu y damos tanta atención al ruido de afuera. Por supuesto, un joven inmaduro tendrá esa tendencia, pero que de aquellos padres que, en vez de ser fuertes en el Espíritu, son débiles. ¿Donde obtendrán nuestros hijos ayuda y fortaleza? Si no lo verán en uno, ¿en quien lo verán? Pablo nos reta a guiar y criar a nuestros hijos en la disciplina y amonestación del Señor. Note “del Señor” no de uno mismo. Nuestros hijos necesitan ese cuidado e instrucción del Señor. No es algo que los Padres hacen; es algo que sólo Dios puede hacer. Habla de entregarlos al Señor. La imagen es como Ana llevó a Samuel y lo entregó al Señor. Tendrá que haber un punto en nuestras vidas como padres que entregamos a nuestros hijos de regreso a Dios. Es nuestra obligación a Dios, y es para el bienestar de ellos. Creo que el mayor daño que muchos podemos hacer es tratar a nuestros hijos como si fueran nuestros y tomar la presión de algo que no es nuestro de tomar. Esto se llama robo e injusticia. Y parte de ese pecado es que nuestros hijos crecen en un ambiente creyendo que ellos se pertenecen a sí mismos. Llegan a ser unos egoístas de primera.

Tercero, tiene que haber una entrega completa de loas padres hacia Dios y la cualidad de instrucción que Dios requiere. Y solo en el amor es posible. Y muchos dicen que aman a sus hijos, pero comprobaremos a través de este estudio que no es así. La realidad es que muchos padres no aceptan que se aman a si mismos, más que a sus hijos, y más que a Dios. Son ególatras. Su amor es tanto por ellos que se adoran a si mismos.
NO PROVOQUEIS, O LO NEGATIVO EN LA CRIANZA Bajo el derecho Romano y la costumbre social, se les daba una autoridad virtualmente ilimitada a los padres sobre sus hijos, tanto que estaba en el poder de ellos dañarlos y aun matarlos. Y Dios, a través de las escrituras, estableció límites. Los padres sabios no deben “exasperar” (παροργίζετε, parorgizete, “hacer enojar, enfurecer”) a sus hijos. La palabra implica ser tan torpe y poco razonable con los niños que son conducidos a un estado indefenso de frustración y enojo. Pablo igual le dice a los Colosenses y les advierte que en tal situación los niños “se desalentarán.” Los padres modernos, sin embargo, a menudo van al otro extremo. Ellos disciplinan tímidamente y de mala gana, temerosos de incurrir la ira de sus hijos mimados. Están constantemente buscando la aprobación de sus hijos y evitan disciplinar y detenerlos. Y este tipo de padres causan un enojo e ira constante en sus hijos que no es normal. Están hiriendo sus espíritus porque no están desarrollando un carácter de control propio y sumisión.

Susana Wesley, la madre de Juan y de Charles Wesley, crio a 17 niños y tenía estas palabras que decir sobre la crianza:

“El padre que aprende a subyugar en amor la voluntad en su niño, trabaja junto con Dios en la renovación y la salvación de su alma. Pero el padre que lo mima hace el trabajo del diablo, hace la religión impracticable, la salvación inalcanzable, y hace todo para condenar a su hijo, alma y cuerpo para siempre “(citado en el diario de Juan Wesley [Chicago: Moody, n.d.], p. 106).

Veremos mas adelante maneras que dañamos el espíritu de nuestros hijos. Pero antes veamos el mandato positivo de Dios a los padres…

EN DISCIPLINA Y AMONESTACION DEL SEÑOR O, LO POSITIVO EN LA CRIANZA
Esta parte está dividida en 2 partes:

• La Disciplina-lo que hacemos a nuestros hijos. • Amonestación-lo que decimos a nuestros hijos.

Toda esta disciplina y amonestación debe ser “del Señor” que habla de la cualidad y estilo. Debería corresponder a la formación cristiana, por lo tanto, incluye dar al niño un ejemplo noble de la vida cristiana y la conducta. Toda la atmósfera en la que se da la formación debe ser tal que el Señor puede poner el sello de su aprobación sobre ella. El corazón mismo de la crianza cristiana es este: traer el corazón del niño al corazón de su Salvador.

• En Disciplina

Las amenazas vacías producen culpabilidad sin curación ni restauración. Por otro lado, cuando uno disciplina a sus hijos, se les trata rápidamente, amorosamente, y de una manera que entiendan por completo. Ellos lloraran; Les abrazaremos; nos abrazaran, oraremos, y confirmaremos nuestro amor y pondremos totalmente esos temas detrás de nosotros. Y esa culpabilidad se deshace cuando tratamos con el pecado correctamente y bíblicamente.

• En Amonestación

Significa que usted habla con su hijo e hija constantemente acerca de las cosas de Dios.

“Y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes”. Deut. 6:7 RVR60

Papá, debes hablar con tus hijos todo el tiempo acerca de la palabra de Dios.

“pero no les gustará”, dices
No eres padre para ser querido por tus hijos. Entrena a tus hijos para vivir en la tierra con éxito y en el cielo eternamente.

“pero van a pensar que les estoy predicando.”
Usted no tiene que darles un sermón de diez puntos sobre Levítico 23. Simplemente, necesita usar oportunidades que surjan naturalmente para ayudarles a crecer espiritualmente. Necesitamos ser prudentes y obreros que saben usar bien la palabra de Dios.

“pero mis hijos no me dejan, no son de conversación” Entonces tienes el privilegio de hacer lo que el hombre más justo de la faz de la tierra hizo. La Escritura dice que Job se levantó cada mañana y ofreció sacrificio en nombre de sus hijos. Le sangraba las manos; sudaba; él gastó energía en oración por sus hijos.

“Y acontecía que habiendo pasado en turno los días del convite, Job enviaba y los santificaba, y se levantaba de mañana y ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos. Porque decía Job: Quizá habrán pecado mis hijos, y habrán blasfemado contra Dios en sus corazones. De esta manera hacía todos los días”. Job 1:5 RVR60

Incluso si no tiene acceso a tus hijos debido a las barreras físicas o emocionales, no hay un padre que no pueda decir, “aunque sea sangriento, aunque me haga sudar, voy a orar por mis hijos con intensidad y consistencia”. Si tus hijos todavía están bajo tu techo, incluso si no hay buena comunicación, pueden ir a sus habitaciones y por la noche mientras duermen, arrodillarse al pie de sus camas, poner sus manos suavemente sobre ellos y orar…

“Padre, por favor bendice lo que sucede en el corazón de mi hijo o en la mente de mi hija, incluso mientras duermen. Ruego a Su Espíritu que venga sobre ellos. Pido para que la sabiduría sea comprendida y abrazada por ellos. Pido que sus vidas le agraden. Pido para que, aun ahora, tu sangre los cubra y que tus ángeles se mantengan a su lado para que al maligno no se le permita penetrar, seducir o destruir. Te lo pido, Padre, en el nombre de Jesucristo. Amen”. No importa qué más pueda hacer o no, papá — usted puede y debe orar. Los cristianos llenos del Espíritu de Cristo manifestarán la semejanza de Cristo en el hogar.

¿Cómo herimos el espíritu de nuestros hijos? (Tengo 7, pero sólo tratare los primeros 3.)

1. Siendo Sobreprotectores:

Si el pajarito se queda en la seguridad de su nido nunca aprenderá a volar. Además, la actitud sobreprotectora tiene la tendencia de privar a los niños de la confianza y de inculcar en ellos el mal humor, especialmente cuando se comparan con otros niños que reciben mejor trato que ellos. Para estar seguros, los niños deben ser advertidos contra grandes peligros. Por otra parte, un mínimo de riesgo se debe tomar para su desarrollo físico, moral, y espiritual.

2. Favoritismo:

Isaac favoreció a Esaú sobre Jacob y Rebeca prefirió a Jacob sobre Esaú. Ese favoritismo dual y conflictivo no sólo causó grandes problemas para la familia inmediata, sino que ha continuado teniendo repercusiones en los conflictos entre los descendientes de Jacob y Esaú hasta nuestros días actuales. Para los padres comparar a sus hijos con los demás, especialmente en la presencia de los niños, puede ser devastador para el niño que es menos talentoso o favorecido. Tenderá a desanimarse, resentirse, retirarse y amargarse. El favoritismo de los padres generalmente conduce al favoritismo entre los propios niños, quienes recogen la habilidad de sus padres. Ellos favorecerán a un hermano o hermana sobre los demás y a menudo favorecerán a uno de los padres sobre el otro.

3. Injusticias:

Hay padres injustos que provocan a sus hijos empujando logros más allá de límites razonables. Un niño puede ser presionado tanto para lograr algo que lo lleva no al éxito sino a un espíritu destruido. Pronto se enteran de que nada de lo que hace es suficiente para complacer a sus padres. Tan pronto como logra una meta, es retado a lograr algo mejor. Los padres que fantasean sus propios logros a través de las habilidades atléticas de sus hijos, o madres que fantasean una carrera glamorosa a través de la vida de sus hijas prostituyen sus responsabilidades como padres. De otro lado, hay injusticias en jóvenes que son desanimados porque nunca son elogiados o alentados. Se le dice siempre sus males y nunca sus bienes. En esos momentos, él no tiene ninguna razón ni siquiera para intentar ningún logro más. Como padres, siempre podemos encontrar algo que un niño realmente hace bien, y deben mostrar aprecio por ellos. Un niño necesita la aprobación y el estímulo en las cosas que hacen bien y tanto como él necesita la corrección en las cosas que no son. Recuerdo las palabras de una jovencita que había sufrido mucho por su espíritu desanimado, “no importa lo que hago, nunca es suficiente para mi madre.”

• Cirugía de Corazón

Finalmente, hay tanto más que podemos decir, pero el tiempo no nos permitirá por hoy. Estamos entrando en esa temporada de que hacemos todos los preparativos para mandar a nuestros hijos a la escuela bien preparados. Quiero retar a cada uno como padres en preguntarnos ¿Cómo estamos nosotros y nuestra preparación para ser padres efectivos a la luz de la Biblia? ¿Estamos listos para dar cuentas? Debemos de vernos en un espejo y preguntarnos “Si hoy fuera yo juzgado como padre por mi

Dios, ¿que tipo de juicio recibiría? Todos, un día, daremos cuenta a Dios. Y creo que unas de las fallas más grandes en el mundo de bautistas fundamentales es que hemos sido muy crueles con nuestros hijos, y lo peor es que lo hemos hecho “en el nombre del Señor”. Dios nos dé misericordia por ser tan fariseos y abusivos con almas que ni nos pertenecen. Pero hay remedio. Dios da gracia al humilde. Si reconocemos nuestros errores y nos humillamos ante Dios, Él es suficiente y capaz para curar nuestras heridas y aquellas que hemos hecho por muy largos años. Pero tendremos que exponernos a la cirugía del corazón porque lo que está por dentro, tendrá que salir afuera.

(29) Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes. (30) Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención. (31) Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. (32) Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo. (Efesios 4:29-32 RVR60)

Dios ayúdanos, por favor.

Pastor Miguel De Anda
Iglesia Bautista Lighthouse
Mobile, Alabama

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