Enseñando A Mi Hermana

Uno de los trabajos que más disfruto, es la escuela cristiana. ¡Me emociono cada inicio de clases! Yo creo que más que los estudiantes. Mi tarea es tomar a aquellos alumnos que no saben leer o escribir y enseñarles clases de regularización. Es todo un reto, pero lo disfruto mucho. Guardo trabajos de antes y después para motivar al alumno a continuar con sus estudios.

El apóstol Pablo, escribía con gozo a los hermanos en Filipos, se acordaba como los había encontrado y después de haberles enseñado, ellos seguían aprendiendo.

Filipenses 1:3 “Doy gracias a mi Dios siempre que me acuerdo de vosotros… 1:6 …estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo”.

Pablo, estaba por terminar su carrera, pero había dejado un legado. Tenía muchos discípulos que continuarían la obra en su ausencia.

Cada vez que escuchamos la palabra discípulo, se nos viene a la mente cursos, libros, conferencias, y solo de pensar nos da flojera. Me encanta la manera en que Jesús enseñó. Él fue un maestro de excelencia. Tomo doce hombres y los entreno. Los métodos de enseñanzas que uso eran sencillos. Les mostró una nueva forma de vivir con Su ejemplo.

Y ahora nos toca a nosotros seguir enseñando. Es un mandato que nos dejó. Si realmente somos cristianas, no nos debe costar trabajo hacer discípulos de Cristo. Porque no se trata de saber mucho, sino de practicar. Y por ahí hay una frase muy conocida, “La práctica hace al maestro”.

En lo personal, a mí me gusta aprender, soy de libros, cursos e investigación. Pero me cuesta trabajo enseñar. Me he dado cuenta de que las personas que quieren trasmitir sus enseñanzas han adoptado nuevos métodos.

Por ejemplo una de las cosas que me gusta aprender es a cocinar. Tengo un recetario que compre meses antes de casarme. Si tienes un libro antigüito te darás cuenta de que viene la lista de ingredientes y modo de preparación. Tal vez venga un dibujito blanco y negro, el mío no tiene dibujos.

Los tiempos han cambiado y ahora tenemos libros con dibujos a color. Además la tecnología nos ayuda con videos y ahora si me queda más clara la receta.

Este avance me recuerda Lucas 16:8 …”los hijos de este siglo son más sagaces en el trato con sus semejantes que los hijos de luz”.

Como hijas de Luz, debemos de buscar medios para enseñar a nuestras hermanas
lo que hemos aprendido de Cristo y de Su obra.
Y creo que no tenemos que buscar mucho. Los evangelios narran claramente el método que Jesús utilizo para enseñar a otros.
Marcos 1:17 “Y les dijo Jesús: Venid en pos de mí, y haré que seáis pescadores de hombres”.

LA ENSEÑANZA MUTUA

¿Qué es la enseñanza mutua?

Enseñanza que los alumnos más adelantados dan a sus condiscípulos bajo la dirección del maestro. Este sistema se utilizó por la Compañía Lancasteriana a partir de 1822. Consistía en que los alumnos más avanzados, previamente instruidos por el preceptor, enseñaban a grupos de diez niños.

Tú y yo somos esa alumna avanzada. ¡Y debemos de tener condiscípulas!

Hermana quiero decirte que tuve el privilegio de crecer en un ambiente Cristiano. Mi vida fue impactada por unos cuantos verdaderos cristianos. Hombres y mujeres que no sabían mucho, pero compartieron fielmente lo que sabían. Mi abuelo ni siquiera fue a la escuela, aprendió a leer con la Biblia. Lo recuerdo muy bien cada mañana con su Biblia y taza de café. Mi abuela nunca aprendió a leer, pero cada mañana se arrodillaba para orar. Una tía iletrada se memorizó las escrituras para podérmelas enseñar. Mi maestro de escuela dominical, era mi tío, ¡cuidado si no ponías atención en la clase!

Como jovencita hubo hermanas que fueron clave en mi vida. Mentoras que donde quiera que me encontraban me corregían. Me da tristeza y coraje escuchar hermanas decir: “Pues ya sabe, yo no voy a andar cuidándola, cada quien, paraquemolestar…”.¡Gracias a Dios por todas las mujeres y hombres de Dios que se molestaron por mí, y muchas veces me molestaron!

No soy graduada de un Instituto, pero tuve la gran bendición de tener una hermana avanzada en las cosas del ministerio. Algunas de ellas ni se acuerdan o tal vez ni saben que fueron mis maestras. Al ver como se desenvolvían en la iglesia yo aprendí.

Estudiar la vida de Jesús es como ver un video. Es tan claro que si ponemos en práctica Su método de hacer discípulos no falla. Es muy sencillo.

I- Busca alguien para que te siga

De paso te diré que ya hay muchas hermanas que te están siguiendo. En una ocasión estaba dando una clase de 3-5 años y ocupaba ayudante. Así que me puse a ver en el servicio quien podría ayudarme. Había una hermana muy calladita, fui con ella y le pedí ayuda. Se asustó porque no sabía nada de cómo dar clases. Le animé a solo venir y ayudarme con los pequeñines llevándolos al baño. Ella vio lo que hacía yo en la clase. Se dio cuenta de que podía hacer algunas cosas como traer y servir el refrigerio, limpiar el salón, y muy pronto estaba dando la clase. Hoy en día los maestros se pelean por la hermana. Es una joya, ella aprendió.

Jesús, vio a Jacobo hijo de Zebedeo, y a Juan su hermano, también ellos en la barca, que remendaban las redes. Y luego los llamó Marcos 1:19-20 y le siguieron.

Todos queremos personas entrenadas, pero ahí están sentadas en la banca esperando que les invites a seguirte y les enseñes.

II- Pasa tiempo con tu condiscípula

Hace unos meses comenzó a llegar una mujer un poco seria también. Se sentaba solita, nadie se le acercaba. Fui y me presente, cada servicio la saludaba, la invite a comer. Si quieres enseñar a las hermanas tienes que dar de tu tiempo. Tenemos que incomodarnos.

Hay que tener orden en la casa, cocinar, en otras palabras es trabajo.

Yo creo que Jesús, muchas veces no tenía ganas de atender a los discípulos, pero lo hacía por amor a ellos y porque estaba interesado en que aprendieran. Poco a poco me hice amiga de esta hermana y un día escucho el anuncio de ganar almas y me pregunto de qué se trataba. Le explique y la lleve a la ruta. Cada viernes me llama y pregunta ¿vamos a ir a la ruta mañana?

III- ¡No mandes! Enseña

Aprovecha cada actividad de la Iglesia para traer una hermana contigo.

Si te toca limpiar invita a tu hermana que te ayude. A veces lo más fácil es tomar a aquella hermana que ya sabe, o que sabemos que lo

va a hacer bien. Yo no hubiera pedido a Judas que ayudara, Pedro nooo!!!, siempre andaba metiendo la pata. Debemos de tomar la actitud de enseñar lo que sabemos.

Te acuerdas de ese anuncio donde la mujer esta moribunda y le dicen: “Por favor danos la receta, y cuando estaba a punto de hablar, se murió” Sí, a veces pensamos que somos las expertas, nadie lo hace mejor que yo, no me gusta como trabaja, y otras muchas escusas para no entrenar a otras mujeres.

IV- Los resultados son del Señor

No te preocupes, si van a fallar o no van a hacer bien las cosas. Todas nos equivocamos. Ten paciencia, a Jesús le tomo 3 años entrenar a Sus discípulos y algunos fallaron. Jesús, tiene años trabajando conmigo y hay muchas cosas que todavía no aprendo. ¡Pregúntame si he fallado, claro, muuuchas veces! Pero sigue trabajando conmigo.

Las obreras están en todas partes, lo que falta son mujeres dispuestas a tomar de su tiempo y ser esa hermana mayor dispuesta a querer enseñar lo que sabe.

Cuando tenía yo unos 7 años de edad todas las tapas de refresco traían una liga adentro que se podía quitar. Recuerdo que se pusieron de moda en la escuela unas pulseras hechas con esas ligas. Una de mis mejores amigas hacia las mejores pulseras. Un día fui a su casa para que me enseñara. Ella vivía con la abuela, una señora amargada y gruñona. Mi amiga me empezó a explicar como hacer las pulseritas, e inmediatamente vino la abuela y le dijo: “¡No le enseñes!”

No recuerdo si llore, pero nunca se me olvida.
A veces, siento que hay hermanas que se portan así sin decirlo. No quieren enseñar a hacer su ministerio a otras, no quieren llevar a la ruta a su condiscípula porque le estorba.

Triste, pero muy real. Todo lo que tenemos y sabemos es para compartirlo hermana!. ¡Dios te lo ha dado, pero no es solo para ti, es para que compartas!

Jesús dijo: Mat 28:19-20 “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado”

¿Pero como van a aprender si no hay alguien que le enseñe?

Dios nos perdone por ser tan egoístas.

Ruth Walker
Iglesia Bautista El Camino
Tijuana, Baja California, México

One thought on “Enseñando A Mi Hermana

  1. Ana Cristina Lorenzo Rodríguez says:

    Es muy cierta su enseñanza, el mejor discipulado es compartir la vida, la mejor forma de dar testimonio es compartir la vida. Cuesta, porque hay que comprometerse y , a veces, incomodarse, pero hay fruto en ello. También hay que abrir los ojos y darse cuenta de que nuestra primera responsabilidad de discipular y dar testimonio es en el hogar, a nuestro esposo, nuestros hijos, o padres. Muchas gracias hermana

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