Alguien ha dicho: “La mejor manera de enseñar a los hijos es por nuestro ejemplo”. Y lo creo. ¿Has oído el dicho, “Tus acciones hablan tan fuerte que no escucho tus palabras”? No podemos enseñar a nuestros hijos a tomar decisiones sabias, si nosotras mismas no las tomamos con sabiduría.
No hay otra fuente de sabiduría más rica que la Palabra de Dios, y en particular, el libro de los Proverbios. Yo leo un Proverbio cada mañana. Pero aquí están algunas sugerencias que espero sean de bendición en tu papel de madre, en cuanto a la enseñanza de tus hijos. Ahora, por supuesto, estamos hablando de hijos que todavía están en casa. Una vez que tus hijos salen al colegio, o se casan, o empiezan una carrera, tu trabajo de enseñar ya terminó.
Entonces, estamos hablando de hijos de la edad pre-escolar hasta la adolescencia.
Mientras nuestros hijos vayan creciendo, más serias son las decisiones. Por ejemplo, mientras una niña de 4 años puede escoger una blusita que combina con una faldita de color rosado, no es tan seria como la decisión de una joven de 17 años que está tomando la decisión de cuál colegio asistir; o una señorita de 20 años, decidir con quien se va a casar. Pero mientras más temprano enseñamos a los niños a tomar decisiones correctas, más fácil van a poder tomar las decisiones correctas que son más serias. Aunque nos vamos a enfocar en los adolescentes en adelante, recuerda que la decisión más importante y más sabia que una persona puede tomar, es la de recibir a Cristo como su Salvador.
Pero vamos a brincar la infancia, y enfoquémonos en los adolescentes…
1. Sus Amigos
No podemos dictar a nuestros hijos los compañeros de la escuela, o los jóvenes de la iglesia que van a tener como amigos. Mientras debemos vigilar cuidadosamente sus amistades, nunca debemos dictar a nuestros hijos quiénes deben ser sus mejores amigos. Las madres a veces caemos en el error de querer que nuestros hijos se junten con ciertos hijos de ciertos padres por su reconocimiento en la iglesia, o en la escuela. Yo he escuchado a una madre decir, “Yo quisiera que ella se juntara con muchachas más populares. Ella siempre escoge jóvenes serias”. Esto muestra la falta de sabiduría de esa madre.
Nunca debemos presionar a nuestros hijos a juntarse con ciertos jóvenes o señoritas por el prestigio. Esto tal vez habla bien de ti, pero no tiene nada que ver con el bien de tus hijos. Mientras las decisiones de nuestros hijos deben ser vigiladas por nosotras mientras viven bajo nuestro techo, debemos darles la libertad de escoger sus amigos. ¿Cómo podemos determinar si nuestros hijos han tomado decisiones sabias en cuanto a la elección de sus amigos o amigas? Invitándolos a cenar en la casa, o salir a tomar un helado. Por supuesto, debemos conocer a las amistades de nuestros hijos, pero una buena manera de enseñar a nuestros hijos a tomar decisiones sabias, es en la elección de sus amigos. Si vemos una falta en el carácter de un amigo o amiga de nuestros hijos, debemos sentarnos con ellos, y explicarles por qué han tomado una mala decisión en elegir aquella persona. Pero nunca debemos despreciar a nadie. Ora con tu hijo o hija por aquella persona que no conviene a tus hijos.
2. Tal vez la suigiente decisión que omarán tus hijos será en el área de su vestimenta. Yo sé que este es un asunto muy delicado para muchas madres, porque ellas mismas batallan con esto en su propia vida. Pero yo imagino que este tipo de artículo es leído por mujeres virtuosas, como el nombre que lleva esta revista; o cuando menos, por mujeres que desean ser mujeres virtuosas. Tal vez tú estás leyendo este artículo, y no tienes mucho tiempo de conocer a Cristo. Estás aprendiendo a vestirte como una mujer virtuosa. Así como tienes que pedir la sabiduría de Dios para escoger ropa totalmente diferente a la que estás acostumbrada, ¡felicidades! Que tu hija de 15 años aprenda contigo.
Santiago 1:5 dice, “Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.”
Aparte de la Palabra de Dios, la mejor manera de tomar decisiones sabias, o de enseñar a nuestros hijos a hacer lo mismo, es simplemente pidiéndole sabiduría a Dios. Pero muchas veces, simplemente el sentido común nos dice que no es una decisión sabia poner ropa que revela partes de nuestro cuerpo que pudiera provocar pensamientos malos, o deseos incorrectos en el sexo opuesto. Cuando yo me siento, y mi falda sube hasta mi cintura,
no es necesario…¡ni recomendable!… que me arrodille y pida sabiduría a Dios. Usemos nuestro sentido común. Enseñemos a nuestros hijos a usar el sentido común que Dios nos ha dado. Por ejemplo, si acostumbras a tu hija de 5 años a usar vestido y nunca le pones pantalones, probablemente ella no va a batallar con la decisión de “¿será que pongo, o no me pongo pantalones?” Nunca tendra que tomar la decisión de ir o no ir a la iglesia los miércoles en la noche, si toda su vida sus papás le han llevado a la iglesia cada vez que se abren las puertas. No se necesita mucha sabiduría para saber que mientras menos decisiones tenemos que tomar, menos decisiones incorrectas tomaremos.
3. La voluntad de Dios para sus vidas.
Este punto abarca tanto, incluyendo su educación formal (después de graduarse de la Preparatoria / High School) la decisión de entrar al ministerio; o elegir su profesión; y de casarse. Si has hecho tu tarea de enseñar a tus hijos a tomar decisiones sabias, al llegar tu hijo a los últimos años de su juventud, tus hijos deben estar capacitados para hacer esta decisión.
Me atrevo a decir que cuando tus hijos terminan sus estudios desde el kínder hasta terminar la Preparatoria, si tienen un buen fundamento en tomar decisiones con sabiduría, debes dejar que Dios les hable.
Suelta a tus hijos ya cuando deciden escoger su carrera, su educación a nivel universitaria, su decisión con quien casarse, el llamamiento al ministerio, etc. Un niño que ha recibido a Cristo como su Salvador ha tomado la decisión más importante de toda su vida. La primera decisión importante que él o ella toma ha sido tomado por medio del Espíritu Santo. Y la última decisión que toma mientras está bajo tu cuidado también debe ser por medio del Espíritu Santo.
Tú no puedes entrar al terreno sagrado del corazón de tu hijito o tu hijita cuando acepta a Cristo. Solo el Espíritu Santo puede llegar allí. Así que ya terminando tu trabajo de criar a tus hijos, que incluye la enseñanza de tomar decisiones sabias, deja que el Espíritu Santo haga Su obra.
El Espíritu Santo es el mejor aliado de tus hijos mayores cuando llegan a la edad de tomar sus propias decisiones.
Hna. Billie Sloan
de las Casas, Chiapas